FUENTES DOCUMENTALES BIENESTAR Y PROTECCIÓN INFANTIL
Educación afectivo-sexual
"Si hay un ingrediente principal que contribuya a la sensibilización y a la prevención de la violencia sexual, ese es la educación sexual".
"Si hacemos educación sexual de calidad estaremos trabajando para una sociedad informada, libre y respetuosa entre sus individuos y sus sexualidades".
Isabel Guerrero Campoy
Educadora Social de AMAIM
Hablar de sexualidad es hablar de afectos
La sexualidad es, según la OMS, “una energía que nos impulsa a buscar afecto, contacto, placer, ternura e intimidad…, influye en nuestros pensamientos, sentimientos, acciones e interacciones y por tanto está relacionada con nuestra salud física y mental”.
Educación Afectivo-Sexual y de género
Hablar de sexualidad es hablar de autoestima, de afectos, de placer, de igualdad de hombres y mujeres, de respeto a las diferentes orientaciones sexuales… y también de relaciones sexuales, de embarazo y anticoncepción, de prevención de infecciones de transmisión sexual… Nos acompaña desde el nacimiento y tiene un papel esencial en el proceso de desarrollo de las personas.
La educación afectivo-sexual puede ser definida como una actividad pedagógica, que utiliza información rigurosa, objetiva y completa a nivel biológico, psíquico y social, para formar en sexualidad.
La educación afectivo-sexual es un derecho de niños, niñas y adolescentes
La educación afectivo-sexual es, además, un derecho de niños, niñas y adolescentes, que está recogido por la OMS, junto con otros derechos sexuales como la libertad, la equidad, la privacidad…, para construir una sociedad en la que hombres y mujeres puedan convivir en igualdad y sin discriminaciones. Por otro lado, en la actualidad, hay una evidencia fuerte de que los programas integrales de educación sexual con jóvenes pueden retrasar el inicio de las relaciones sexuales, disminuir la frecuencia de las mismas y el número de parejas sexuales, y/o aumentar el uso del preservativo y de otros métodos.
Resumiendo…
La Educación Afectiva y Sexual representa un aspecto de gran importancia en la formación integral de niños y niñas y de adolescentes. Más allá del conocimiento puramente biológico explica procesos trascendentales como la construcción de la identidad de género o las relaciones afectivas en el ámbito de nuestra cultura. La información debe ser rigurosa, objetiva y completa a nivel biológico, psíquico y social, entendiendo la sexualidad como comunicación humana y fuente de salud, placer y afectividad.
Es imposible separar sexualidad y afectividad. Si pretendemos construir una sociedad en la que hombres y mujeres podamos convivir en igualdad y sin discriminaciones, es imprescindible proporcionar al alumnado una educación afectiva y sexual de calidad. El conocimiento sexual nos ayuda a crecer como personas.
La educación sexual como herramienta para la prevención de la violencia sexual
Para poder prevenir las violencias machistas, los abusos, los acosos, las conductas sexistas, homófobas, los feminicidios, etc. debemos de concienciar y facilitar recursos, técnicas y herramientas que sean alternativos a los modelos de violencia normalizados y socialmente establecidos.
La sexualidad está relacionada con la comunicación, con el placer, con los afectos y las emociones. Hemos de tener claro que todas las personas somos sexuadas, tenemos un cuerpo sexuado que hace posible que nuestra sexualidad viva, se desarrolle, se transforme y se exprese.
La educación sexual persigue que las personas se acepten, se sientan a gusto con cómo se sienten y se relacionen siendo capaces de expresar sus deseos. Es responsabilidad hacerlo desde todos los ámbitos sociales para así fomentar el desarrollo de relaciones afectivas sanas, en las que prevalezcan el respeto, la igualdad y el buentrato.
Por tanto, si hacemos educación sexual de forma consciente y desde la más tierna infancia, favorecemos el desarrollo de la persona de una forma integral, sana, consciente y placentera. Como personas adultas, si les acompañamos en el desarrollo de su sexualidad y en el reconocimiento de sus propias necesidades y emociones, así como las de los demás, les ayudaremos a empatizar con las personas de su entorno y a respetarlas y a respetarse.
- Si les ofrecemos modelos y referentes que ejerzan sus afectos de forma respetuosa, aprenderán a conocer riesgos y oportunidades e identificar relaciones de poder y podrán así rechazarlas.
- Si les normalizamos las diversidades entenderán que cualquier persona merece ser respetada.
- Si les dotamos de pautas de protección y actuación ante casos de maltrato o abuso les estaremos protegiendo. El que niños y niñas comprendan que se puede decir NO ante besos, abrazos o caricias no deseadas y su entorno respete cómo desean trasmitir sus muestras de afectos, les aportará por un lado, conciencia de que su cuerpo es suyo y les pertenece, y por otro, les empoderará para rechazar cualquier tipo de relación no deseada.
- Si les reforzamos su autoestima y autoconocimiento estaremos potenciando su autonomía y seguridad personal.
- Si les ayudamos a tomar sus propias decisiones podrán tener una vida sexual plena, sana y placentera. Si les hablamos de la sexualidad de forma natural y veraz, evitaremos que siga siendo un tema tabúa y romperemos mitos.