Las redes sociales y la ampliación de la edad mínima para consentir en tener relaciones de los trece a los dieciséis años propician un crecimiento del 2.350% de los delitos de abusos a jóvenes, desde los dos casos de 2016 a los 47 de 2017

La extensión y consolidación de las diferentes redes sociales en la vida de los adolescentes y la reforma del Código Penal en 2015 en el sentido de aumentar la edad para prestar libre consentimiento en las relaciones de 13 a 16 años han contribuido a que se disparen los delitos de abusos sexuales cometidos sobre menores de dieciséis años en la provincia. Según datos recogidos en la memoria de 2018 de la Fiscalía Superior de Andalucía y referentes a Málaga (con datos de 2017), la cifra de estos ilícitos, que estarían siendo investigados en los diferentes juzgados de Instrucción de toda la provincia, habría crecido desde los dos expedientes de 2016 a los 47 de 2017, lo que supone un incremento del 2.350% (se trata de delitos cometidos por adultos sobre menores de dieciséis años).

 

Estos son los datos oficiales, aunque hay que hacer la advertencia de que las estadísticas judiciales no siempre son fiables por los habituales problemas informáticos que reúnen algunas de las aplicaciones con las que trabajan los servidores públicos de justicia, dado que dos casos en 2016 de abusos a menores de 16 años tal vez sea un número escaso, pero es el guarismo oficial.  
En el apartado dedicado a menores en la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2018, y en referencia tanto a víctimas como a agresores menores de edad, explica este órgano que los abusos aumentan significativamente (en referencia al país) debido a la modificación legal que incrementó de 13 a 16 años la edad para prestar el libre consentimiento de las relaciones sexuales. «En todo caso, llama la atención la incidencia en el número de delitos de naturaleza sexual unida al uso inadecuado de las redes sociales, fenómenos que a veces van de la mano y que, en otras ocasiones, denotan la pervivencia de estereotipos machistas que debieran de haberse superado». Explica el ministerio público que es necesario que los recursos de las diferentes administraciones «estén orientados hacia la transmisión de una cultura sobre la conciencia de la intimidad, de la libre sexualidad y de la dignidad de la otra persona, por el mero hecho de serlo, que fomenten la verdadera empatía como forma de resolución de conflictos, y que permita a los adultos del mañana organizar la estructura social sobre la base de los principios de libertad e igualdad que han permitido el desarrollo progresivo de la humanidad».
 
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