Educación Sexual (de los 9 a los 16 años)

Luis García (2011) Confederación Española de Asociación Española de Padres de Alumnos (CEAPA) Medio: Documento

De los nueve a los dieciséis años, algunas personas antes y otras después, los seres humanos experimentamos una compleja serie de cambios madurativos que nos permiten la reproducción. Adultos sexualmente, los púberes deben enfrentar una nueva forma de estar en el mundo que implica una serie de nuevas y excitantes situaciones así como un buen número de riesgos y peligros asociados a su nueva sexualidad.

Son éstos momentos de desasosiego para muchos padres y madres, que encuentran en este nuevo despertar de sus hijos hacia su autonomía una fuente importante de preocupaciones y dudas. A pesar de que es en el despertar de la sexualidad adulta donde se concentran las preocupaciones de muchos padres y madres, debemos recordar que la sexualidad humana es muy anterior a la posibilidad de las personas para reproducirnos.

Desde el nacimiento, cada persona ve cómo su vida se desarrolla ligada a su sexualidad. Sexualidad no adulta, no reproductiva, que genera placer, nuevas experiencias y conocimiento. Conocer y explorar el propio cuerpo resulta tan necesario y útil para el bebé como comenzar a entenderse con el entorno donde va a crecer y desarrollarse. El cuerpo resulta un campo especialmente interesante de explorar, más aún cuando su investigación produce sensaciones agradables.

No sólo existe un desarrollo físico y corporal de la sexualidad que acompaña a las personas desde el nacimiento, también aparece todo el aparato social y cultural que nos modela a través de nuestro sexo. Es por los órganos que tenemos entre las piernas por lo que se decidirá una de las cuestiones más relevantes de nuestras vidas: nuestra consideración como hombres o mujeres.

La identidad sexual se va gestando desde el nacimiento (ahora desde antes, con la información proporcionada por las ecografías) y aparece como el rasgo de mayor peso a la hora de configurar nuestras vidas,másalláde como se materialice cada rol y de la spequeñas posibilidades de libertad personal que aparecen en las sociedades industriales.

Identificar sexualidad con concepción, relegando su existencia a las personas adultas, o circunscribirla únicamente al área genital son asignaciones parciales e interesadas que surgen en un contexto social y cultural concreto. En todo caso debemos empezar a preguntarnos si lo que deseamos es que nuestros hijos e hijas tengan (nos den) el menor número de problemas posible con su sexualidad o por el contrario creemos que, como otras áreas importantes de la vida, la sexualidad debe ser afrontada como una fuente de satisfacción y desarrollo personal.

Consultada la Página Web de Confederación Española de Asociación Española de Padres de Alumnos – CEAPA

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