Este informe analiza uno de esos impactos de la COVID-19 sobre las niñas y los niños: la violencia. Predecimos que se va a producir un serio aumento de los casos de niños que sufren violencia física, emocional y sexual, tanto en la actualidad como en los meses y años venideros. Ya sea porque se vean obligados a quedarse en casa o, con el tiempo, se les envíe a trabajar o se les obligue a contraer matrimonio precoz, los niños y las niñas afrontan un futuro sombrío, a menos que los gobiernos, las agencias de la ONU, los contribuyentes, las ONG y el sector privado hagan ya mismo todo lo que puedan para protegerlos.
 
En todo el mundo, la COVID-19 representa una grave amenaza para la infancia. Como mostramos en nuestro informe anterior, si bien la tasa de mortalidad de los niños infectados por el virus ha sido menor que la de los adultos y aquellos que tuviesen afecciones previas, 30 millones todavía corren el riesgo de enfermar y morir. Son los efectos e impactos indirectos de esta enfermedad los que representan un peligro claro y real para la infancia, particularmente la más vulnerable. World Vision advierte, en su informe “Secuelas – Una tormenta perfecta, que la cifra de niños ya expuestos a la violencia podría crecer en 85 millones más debido a las restricciones de los sistemas y servicios para prevenir la propagación del coronavirus. Este informe analiza uno de esos impactos de la COVID-19 sobre las niñas y los niños: la violencia. Predecimos que se va a producir un serio aumento de los casos de niños que sufren violencia física, emocional y sexual, tanto en la actualidad como en los meses y años venideros. Ya sea porque se vean obligados a quedarse en casa o, con el tiempo, se les envíe a trabajar o se les obligue a contraer matrimonio precoz, los niños y las niñas afrontan un futuro sombrío, a menos que los gobiernos, las agencias de la ONU, los contribuyentes, las ONG y el sector privado hagan ya mismo todo lo que puedan para protegerlos.
En todo el mundo, la COVID-19 representa una grave amenaza para la infancia. Como mostramos en nuestro informe anterior, si bien la tasa de mortalidad de los niños infectados por el virus ha sido menor que la de los adultos y aquellos que tuviesen afecciones previas, 30 millones todavía corren el riesgo de enfermar y morir. Son los efectos e impactos indirectos de esta enfermedad los que representan un peligro claro y real para la infancia, particularmente la más vulnerable. World Vision advierte, en su informe “Secuelas – Una tormenta perfecta, que la cifra de niños ya expuestos a la violencia podría crecer en 85 millones más debido a las restricciones de los sistemas y servicios para prevenir la propagación del coronavirus. 
 
Informe “Secuelas – Una tormenta perfecta (Aftershocks – A Perfect Storm)”, es un informe publicado por la agencia internacional de ayuda humanitaria World Vision, en el que revela que hasta 85 millones de niños más podrían experimentar violencia física, sexual y emocional en los próximos tres meses ya que las medidas de aislamiento vital los obligan a quedarse en casa. La organización de ayuda está pidiendo a los líderes mundiales que revisen urgentemente las políticas y fondos nacionales para priorizar el fin de la violencia contra los niños y evitar estos efectos potencialmente devastadores.
 
Si bien se estima que en promedio mil millones de niños experimentan violencia cada año, la pandemia mundial está exacerbando las vulnerabilidades existentes y aumentando el riesgo de violencia no denunciada.
 
Conclusiones principales de este informe
  • Como resultado de la cuarentena por la COVID-19, en todo el mundo hasta 85 millones más de niñas y niños podrían estar expuestos a violencia física, sexual o emocional durante tres meses.
  • Creemos que muchos de los 13 millones de matrimonios infantiles adicionales pronosticados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU) se contraerán durante los años inmediatamente posteriores a la crisis, y, en los dos próximos años, habrá al menos cuatro millones más de niñas casadas.
  • Una evaluación nacional financiada por World Vision y los socios de coalición en Bangladesh reveló que las palizas propinadas por los padres o tutores habían aumentado un 42 % y que las llamadas a la línea telefónica de ayuda a la infancia se habían incrementado un 40 %.
 
Fuente: World Vision
 
Noticia relacionada:  www.corresponsables.com 
 
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