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Cuarenta centros escolares cambian la perspectiva sobre el acoso escolar: hay que prevenirlo desde el principio, no conllevarlo
El martes 12 de noviembre de 2012 murió en Ciudad Real Mónica Jaramillo , una chica de 16 años. La joven había intentado suicidarse cuatro días antes para escapar del acoso escolar que sufría desde hacía tiempo. Es la desesperación extrema ante una situación de bullying , pero sin llegar a este trágico desenlace hay miles de niños, de adolescentes, que viven cada día situaciones de duro desprecio. Se sabe, hace muchos años que sucede y el gran problema es que se conlleva, como si fuese consustancial a la naturaleza humana. Y no es así, sólo hace falta cambiar la mirada, el enfoque social, al igual que se está haciendo con la violencia machista.
“Es prácticamente imposible que una persona que sufre bullying se salga por sí misma -señala el psicólogo Andrés González Bellido-, se siente culpable, tiene la autoestima por los suelos, por lo que se puede trazar un paralelismo con las víctimas de la violencia de género”. Con el agravante, añade, de que es atacada por un grupo y no por una sola persona. Por ello, considera que hay que trabajar a fondo para modificar percepciones. El agresor machista hoy es socialmente rechazado y señalado, nadie en sus cabales entiende que es una violencia que deba conllevarse.
Se trata así de afrontar el problema desde un punto de vista global y, sobre todo, de forma preventiva bajo la premisa de que no hay ningún motivo para tolerar este tipo de acoso destructivo y que es absurdo justificarlo en base a que “los niños son así”. Para empezar, señala González Bellido -coordinador del grupo de Psicología Educativa del Col·legi Oficials de Psicòlegs-, hay que acabar con esta especie de “prestigio social” que tienen los acosadores entre sus compañeros y hacer todo lo contrario: desprestigiarlos.
El bullying es la intimidación y el maltrato entre escolares de forma mantenida en el tiempo con el objetivo de someter y humillar a una persona que está indefensa. La víctima queda en una situación de inferioridad, va perdiendo seguridad en sí misma, por lo que no puede lidiar a solas con la situación. Es un tipo de violencia -se da en diferentes grados- que se hace a espaldas de los adultos, por lo que es complicado detectarla. Se da tanto en la infancia como en la adolescencia, pero en esta segunda etapa, según explica Joaquín Gairín, catedrático de Didáctica y Organización Educativa (Universitat Autònoma de Barcelona), el problema se puede agravar, ya que es una etapa madurativa de enorme introversión personal.
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Para más información:
- Sección documental sobre “Violencia entre iguales (bullying)” en este centro documental de FAPMI-ECPAT España [+info]
- Sección documental sobre “Infancia y TRICs: Tecnologías de Relación, Información y Comunicación” en este centro documental de FAPMI-ECPAT España [+info]
- Programa Nos Haces Falta (NHF) [+info]
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