Todos los padres quieren ser buenos para sus hijos. Sin embargo, aunque ser padre o madre es una experiencia gratificante, también puede ser fuente de estrés. La mayoría de los padres han vivido situaciones en las que les hubiese gustado contar con más ayuda, no sólo para hacer frente al estrés y controlar momentos de cólera, sino también para tomar decisiones cotidianas. En algunos casos los padres necesitan ayuda especial, porque tienen que criar y educar a sus hijos en circunstancias de dificultad social, económica y/o personal. Educar a un hijo o una hija y crear las condiciones necesarias para que pueda desarrollarse plenamente supone una gran responsabilidad.
El Consejo de Europa ha sido siempre precursor en la comprensión de la infancia y de la vida familiar. Apoyándose en su gran experiencia y reconociendo plenamente que existen formas diferentes de educar a los niños, ha elaborado una serie de principios generales que subyacen al concepto de parentalidad positiva, así como unas directrices sobre el modo en que los responsables políticos pueden apoyarlo. El documento de refencia del trabajo del Consejo de Europa en este ámbito es la Recomendación (2006) 19 sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad.
Consultar Recomendación (2006) 19 sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad (enlace)