El pasado 7 de junio, un niño de 14 años disparó al senador colombiano Miguel Uribe Turbay. Aunque el adolescente apretó el gatillo, poco se sabe aún de quién dio la orden. El intento de asesinato mantuvo en vilo a un país demasiado acostumbrado a la violencia, que pidió mano dura.

Según publica El País, la derecha colombiana exigió cambiar la ley para poder castigar a personas menores de edad sicarias como a adultos y algunos le desearon no volver a pisar la calle o incluso la muerte. Cuando Irvin Mendoza Rodríguez supo de la noticia en Chihuahua, México, sintió que se vio a sí mismo cuando tenía esa edad y había sido entrenado para matar. “Es sencillo convencer a un chavalito para hacer algo así, solo hay que buscar a un joven que venga de una familia disfuncional y empobrecida y deslumbrarlo con el dinero”, explica por videollamada. “Muchos nos metemos en esto para darle a nuestras familias una buena vida o para que nos reconozcan”, cuenta.

América Latina es la segunda región del mundo con más menores privados de libertad, solo después de América del Norte (por Estados Unidos). Al menos 34.000 chicos y chicas estaban detenidos en 2024; la gran mayoría, acusados de delitos menores como robo y hurtos, según un informe de Unicef publicado a principios de junio

Noticia completa: El País

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