El sistema gallego de protección de menores hace aguas. Las quejas de la Xunta cuando se conoció el reparto de migrantes pactado entre el Gobierno y Junts permitieron descubrir, por boca del propio ejecutivo autonómico, que se encontraba ya “sobreocupado”, al 108% de su capacidad. Mientras entidades como el Foro da Inmigración se echaban las manos a la cabeza por las reticencias de la administración Rueda a acoger a poco más de 300 jóvenes procedentes de Canarias, los profesionales alertan de la falta de medios en una comunidad que tiene a 900 menores repartidos entre centros y familias pero en la que no hay datos de cuántos son los que se quedan a las puertas ante la carencia de recursos. Aunque Política Social lo niega, los técnicos aseguran que cuentan con los mismos equipos que hace tres décadas.
Según informa elDiario.es trabajadoras sociales, psicólogas y educadoras denuncian que es imposible saber cuántos niños están en lista de espera en la comunidad para un acogimiento familiar o su ingreso en un centro.
“Es un sistema saturado que deja fuera a quien lo necesita”. David Gontán, el coordinador del Colexio Oficial de Traballo Social de Galicia (COTSG), tiene claro que “la Xunta es la primera interesada en que no exista una lista de espera real para no causar alarma con tantos menores en desprotección”.
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