Evaluación del cumplimiento del Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia

Alejandro Perales Albert (Dir) (2011) Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Informes, Estudios e Investigación 2011 Medio: Informe

El estudio que aquí se presenta se corresponde con el informe técnico “Seguimiento y análisis de la programación televisiva desde el punto de vista de protección del menor” realizado en el marco del Convenio de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y Política Social y la Asociación de Usuarios de la Comunicación (2009).

La preocupación por los menores y por su adecuada protección constituye un claro indicador del nivel de desarrollo cívico alcanzado por un país. Esa preocupación es consecuencia de la confluencia de un cúmulo de factores de carácter biológico, médico-sanitario, psicosocial, sociodemográfico, histórico y cultural. En el marco de esa preocupación por la infancia, las relaciones que se establecen entre los menores y los diferentes medios y sistemas de comunicación han adquirido en los últimos años un gran protagonismo. Aunque los estudios sobre efectos, referidos tanto al uso de los medios en sí y como al uso de los mensajes que difunden, distan mucho de ser definitivos o uniformes, la literatura científica en este ámbito presenta un consenso generalizado:
 

  • Sobre el hecho de que los medios de comunicación, como recogen las teorías clásicas, efectivamente forman, informan y entretienen, pero no de forma diferenciada según los géneros, sino de modo simultáneo y transversal a éstos. Un producto de ficción o publicitario produce sentido sobre el entorno, sobre los otros e incluso sobre uno mismo tanto o más que los informativos y los espacios educativos.Y éstos deben entretener tanto como aquéllos si quieren cumplir con su función.

 

  • Sobre el papel fundamental desempeñado por los medios de comunicación en la adquisición de conocimientos, valores /actitudes y pautas de comportamiento por parte de los receptores. Especialmente en el caso de los menores, con un grado comparativamente bajo de experiencia directa que oponer a la “experiencia vicaria” que aportan los medios, y consecuentemente con mayor nivel de confianza y credulidad ante los contenidos de esos medios. Los menores, como audiencia, se caracterizan por contar con una capacidad crítica insuficientemente desarrollada; se ven muy influidos por el papel prescriptor de adultos, figuras de referencia (como personajes populares y de ficción) e iguales, y muestran también una clara tendencia a la mimesis y reproducción de las situaciones representadas.Aun en aquellos casos en los que los menores pueden percibir claramente la diferencia entre el plano de la realidad y el de los relatos mediáticos, la comprensión de esa diferencia no reduce la potencia persuasiva de tales relatos.

 

  • Sobre las prácticas de reelaboración activa que, sin menoscabo de lo señalado en el apartado anterior, los receptores realizan a partir de los contenidos que reciben, resignificándolos y adecuando su sentido al entorno cognitivo y de recepción. Ese papel de la audiencia, influenciable pero activa, está en la base de gran parte de los estudios y análisis comunicativos desde la teoría de los estereotipos de Walter Lippmann en los años 20 a los estudios culturales y etnográficos aplicados a la televisión.
     

De todo lo anterior se deriva, en el ámbito específico de los menores, una posición crecientemente favorable a la utilización de los medios de comunicación como herramienta para su educación y formación (la llamada media literacy o alfabetización mediática), pero también la necesidad de proteger a dichos menores ante contenidos inadecuados y usos abusivos.

Recurso disponible en la Web del Observatorio de la Infancia 

Loading...
Share This