|
El pasado mes de septiembre de 2009, la Fiscalía General del Estado hizo público su Informe Anual. Entre sus principales conclusiones, subrayaba y alertaba sobre el “preocupante” aumento de casos de violencia doméstica de hijos a padres, puesto que las denuncias por episodios de agresión de los hijos hacia sus progenitores en 2008 se incrementaron en un 56% respecto a 2007.
A este respecto, Andrés Bellido, experto en Psicología de la Educación y Secretario del Área de Intervención Profesional de Psicología Educativa del COP, en declaraciones realizadas a El País, ha señalado que “la clave está en la prevención y que ésta, hoy por hoy, sólo se puede hacer en el sistema educativo”.
El enfado o la rabia o, más en general, la ira, como emoción primaria, es una experiencia normal, adaptativa y universal, que todos los seres humanos sentimos con relativa frecuencia en nuestra vida cotidiana. No obstante, la ira puede convertirse en un problema cuando se experimenta de manera crónica, muy intensa o excesivamente mantenida en el tiempo, así como cuando se expresa de una manera inadecuada (agresión física o verbal) o presenta consecuencias negativas para la persona tanto a nivel individual, como social o académico-laboral.
La American Psychological Association (APA), junto a MetLife Foundaton y Act Against Violence, ha publicado en su página web unos materiales de psicoeducación destinados tanto a padres como a profesores con el objetivo de facilitar la discriminación entre el enfado normal y patológico, así como ofrece una serie de pautas y estrategias para fomentar una expresión sana y adaptativa de esta emoción y prevenir de los episodios de violencia en niños.
Estos materiales se han estructurado en cuatro apartados principales:
1. ¿Por qué se enfadan los niños?
Como emoción primaria o básica, el enfado o la ira tiene un carácter innato y, por ello, se experimentan desde el nacimiento.
En este apartado, la APA informa de los motivos por los que los niños se pueden enfadar y el modo más habitual que tienen de expresarlo. Así, por ejemplo, los bebés suelen expresar su enfado a través del llanto debido a la carencia de alguna de las necesidades básicas o la ruptura de su homeostasis. La no satisfacción de sus deseos de manera inmediata o la dificultad para hacerse entender es lo que más frecuentemente despierta la ira de los niños entre los 18 y los 36 meses, siendo la época en la que se inician las rabietas. Las rabietas, pero también las peleas con otros niños, es la manera que los niños entre los 3 y los 5 años tienen de expresar el enfado. Finalmente, podría decirse que entre los 6 y los8 años los niños comienzan a enfadarse por motivos similares a los de los adultos (percepción de una injusticia, rechazo, crítica, discriminación o incomprensión) y ya comienzan a expresar el enfado de una manera verbal, aunque se mantiene la intención de hacer daño a los otros con el objetivo de vengarse o dominar.
2. ¿Qué hacer cuándo usted se enfada?
Si bien no puede negarse el carácter innato de la ira, la realidad es que ésta es fundamentalmente un guión social, es decir, a través de la educación recibida, fundamentalmente en casa y en la escuela, se aprende qué nos puede enfadar, y también cómo, cuándo, dónde y a quién puedo expresar mi ira.
En consecuencia, es fundamental que padres y profesores constituyan un modelo de cómo ha de reaccionarse cuando uno se enfada. En este sentido, la APA recomienda seguir el Modelo REPIENSE:
Pensar antes de reaccionar.
Calmarse.
Utilizar el Modelo REPIENSE:
R: Reconocer qué es lo que nos ha enfadado.
E: Empatizar con los sentimientos de la otra persona.
P: Pensar sobre la situación desde otras perspectivas.
I: Incluir el uso del “yo” para expresar lo que se siente (mensajes yo).
E: Escuchar lo que dice la otra persona.
N: Notar las señales de enfado que nos envía nuestro cuerpo.
SE: Sepa concentrarse en el presente.
3. ¿Cómo ayudar a los niños a expresar su enfado?
Como guión social, es necesario observar modelos adecuados de expresión de la ira y el enfado, pero también es nuestra responsabilidad el enseñar a los niños a expresar la ira de manera adecuada a través de técnicas de moldeado por aproximaciones sucesivas. La APA recomienda:
Enseñar a identificar diferentes emociones y las situaciones que las causas (la rueda de los sentimientos puede ser un instrumento de ayuda).
Ayudar a reconocer las señales de enfado que nos envía nuestro cuerpo.
Enseñar que los sentimientos sobre personas y/o situaciones han de expresarse con palabras y no con las manos.
Ensayar todo lo aprendido de manera imaginaria, en juegos de roles (muñecos), etc.
4. ¿Qué hacer cuando los niños se enfadan y pelean?
Por un lado, es normal y esperable que haya conflictos y peleas entre niños. Pero, de nuevo, es responsabilidad de los padres y de los profesores enseñar solucionar los conflictos de otras formas más adecuadas. La APA recomienda seguir los siguientes pasos:
Ayudar a los niños a calmarse.
Separar a los niños.
Ayudar a pensar por qué se han enfadado.
Ayudar a que cada niño piense cómo se siente el otro.
Explicar como nos estamos sintiendo nosotros con esta situación.
Ayudar a los niños a escoger la mejor solución para la situación.
Elogiar a los niños cuando resuelven conflictos sin usar la agresión o la violencia.
Explicar que es normal enfadarse, pero que no es aceptable hacer daño a otra persona.
Información recogida de la web de American Psychological Association (APA) [+] y del artículo de INFOCOP [+]
Más información: