Lamentan “no haber sido capaces de protegerlos, de cuidarlos, y no haber gestionado de manera adecuada esa situación”
La Provincia Ibérica Marista y el colegio Santa María La Real de Sarriguren han pedido perdón por los “dolorosos” casos de tres exalumnos del colegio de Maristas en Pamplona que el pasado mes de mayo denunciaron a través de los medios de comunicación haber sufrido abusos sexuales por parte de hermanos maristas en los años 60.
En un comunicado, la Provincia Ibérica Marista y el colegio han animado “a cualquier persona que haya sufrido o haya sido testigo de abusos sexuales a denunciarlo ante la justicia” y han ofrecido también la posibilidad de ponerse en contacto con el equipo de protección del menor de Maristas Ibérica a través del correo electrónico:
protecciondelmenor@maristasiberica.es.
La Provincia Ibérica Marista y el colegio Santa María La Real de Sarriguren han pedido perdón por los “dolorosos” casos de tres exalumnos del colegio de Maristas en Pamplona que el pasado mes de mayo denunciaron a través de los medios de comunicación haber sufrido abusos sexuales por parte de hermanos maristas en los años 60.
Según explican, “la condenable situación que vivieron -los tres exalumnos- siendo niños ocurrió en nuestras aulas, por eso reiteramos nuestra petición de perdón por no haber sido capaces de protegerlos, de cuidarlos, y por no haber gestionado de manera adecuada esa situación”. La Provincia Ibérica Marista y el colegio han afirmado que “es nuestro deseo seguir acompañando y acogiendo a las víctimas que pueda haber para ponernos a su disposición”. “Desde el año 2014 contamos con una política de protección del menor en nuestros colegios y obras sociales que tiene como prioridad la prevención del maltrato y el abuso sexual”, han explicado.
Dicha labor de prevención, según han asegurado, “se centra en los siguientes ámbitos: la selección y la formación específica del personal docente y no docente; el desarrollo de acciones en sesiones de tutoría con el alumnado de todos los niveles educativos, relacionadas con la sensibilización y prevención en materia de protección del menor y, más específicamente, en abuso sexual infantil; y finalmente, la acomodación de infraestructuras y espacios que garanticen, en la medida de lo posible, la seguridad y protección del menor”. “Todas estas acciones están coordinadas por un equipo de protección del menor que está a disposición de acoger y escuchar a las víctimas de abusos, hayan prescrito o no sus casos para la justicia”, han explicado.