Expertas de la Universidad de Sevilla y la Universidad de Córdoba han publicado recientemente un estudio sobre la percepción de los adolescentes sobre la educación que han recibido y su participación en el ciberacoso.

Así, los datos ponen de relieve que la implicación y formación de las familias en los programas de prevención es un eje fundamental, ya que se ha demostrado que las prácticas parentales tienen influencia en la implicación de los hijos en ciberbullying.

“Lo más importante es que los chicos y chicas que no están implicados en ciberacoso son quienes reciben más afecto de sus padres, muestras de promoción de su autonomía y humor. Además, son adolescentes con alta revelación filial, es decir, comunican espontáneamente a sus progenitores asuntos que les interesan y preocupan. En cambio, aquellos chicos y chicas que han recibido una educación basada en prácticas disciplinarias punitivas (control psicológico y castigo físico o psicológico) tienden a implicarse más en ciberacoso”, afirma la investigadora de la Universidad de Sevilla Rosario del Rey.

  • Se ha demostrado que aquellos niños cuya educación ha sido más afectiva no se suelen implicar con el ciberacoso. 
  • Cuando las prácticas educativas son poco adecuadas parece que aumenta la probabilidad de que los chicos sean victimizados.
La información analizada por este grupo de investigadoras arroja además otra conclusión: cuando las prácticas educativas son poco adecuadas parece que aumenta la probabilidad de que los chicos sean victimizados o se impliquen en el doble rol (agresor/víctima), mientras que en el caso de las chicas, cuando reciben este tipo de trato, tienden a ser ciberagresoras.
 
Este estudio, en el que han participado un total de 2.060 estudiantes de ESO de Andalucía, se ha desarrollado en el marco del proyecto Sexting, Ciberbullying y Riesgos Emergentes en la Red: Claves para su Comprensión y Respuesta Educativa del Plan Estatal 2013-2016 Excelencia – Proyectos I+D liderado por la Universidad de Sevilla y en el que también han participado investigadores de la Universidad de Córdoba y la Universidad de Jaén. 
 
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