Las formas de discusiones
 
Hay muchas formas de discutir con la pareja, pero hacerlo de forma destructiva y delante de los niños no es lo correcto. Es necesario que en las discusiones que tengas con tu pareja los niños no estén delante ni tampoco os escuchen, es más… lo mejor es que aprendas a que discutir no tiene que ser algo destructivo, siempre y cuando se sepa discutir de forma construictiva.
 
En una discusión constructiva se pone en la piel del otro y se dicen las cosas que se tienen en la cabeza sin atacar, sin crear una batalla, sino con asertividad y siendo conscientes que la otra persona está dentro de nuestro mismo equipo. Hablar desde el respeto. De este modo seremos capaces de construir relaciones más sólidas donde las discusiones se conviertan en conversaciones donde todos ganan.
 
Dónde discutir
 
Si tenéis que discutir algún tema en concreto es necesario no hacerlo en casa, y si lo podéis hacer en un lugar neutral como un parque mientras los niños no están presentes, mucho mejor. Si esta posibilidad es complicada de realizar, entonces lo ideal es hacerlo en el dormitorio cuando los niños estén durmiendo o no escuchen nada de lo que debáis deciros.
 
Esperar el momento oportuno para hablar sobre un tema también os permite calmar los nervios y daros cuenta que discutir no es la solución, pudiendo hablar las cosas con calma. Si en algún momento tienes ganas de discutir y no puedes retenerte, es mejor que te vayas de la estancia y respires hondo hasta que te tranquilices.
 
Cómo afecta a los niños
 
Las discusiones y peleas hieren a los niños, les afecta emocionalmente de forma grave, les hace sentir inseguridad y un ambiente inestable y poco seguro. Por eso, es necesario que los niños vivan en un ambiente seguro, donde los padres no discutan ni se peleen, ya que es la única forma de tener un desarrollo psicológico sano.
 
Los niños, desde que son bebés, son capaces de absorber el ambiente tenso, de enfado y tóxico que se puede generar en un ambiente inestable alimentado con discusiones. Los niños pueden tener efectos psicosomáticos a causa de las peleas de sus padres como problemas del sueño, dolores físicos y también pueden presentar problemas de la conducta y del comportamiento. También, los niños que ven cómo sus padres discuten puede generarles angustia, ansiedad, tristeza, culpabilidad, baja autoestima, miedos, dependencia, etc.
 
Es necesario que los padres no discutan ante los hijos y que se encarguen de llevarse bien, de tener una relación sana para poder crear un ambiente saludable en casa donde los niños puedan desarrollarse adecuadamente, en un ambiente seguro y libre de problemas emocionales tóxicos que no les permitirían desarrollarse adecuadamente. 
 
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