Se sabe que los niños que sufren acoso escolar tienen más depresiones y más ansiedad cuando crecen. Más allá de las repercusiones emocionales y sociales, una nueva investigación apunta que el bullying también deja claras huellas biológicas en los afectados que explicarían por qué estas personas tienen algunos problemas de salud más adelante.

Una nueva investigación apunta que el bullying también deja claras huellas biológicas en los afectados que explicarían por qué estas personas tienen algunos problemas de salud más adelante.

La mayoría de los trabajos científicos realizados hasta la fecha se centran en los efectos psicosociales de la intimidación escolar en la edad adulta, sin embargo, apuntan los investigadores de este trabajo, publicado en la revista PNAS, las víctimas del acoso suelen tener “problemas de sueño, dolor abdominal, menos apetito, dolores de cabeza y se ponen enfermos con frecuencia […] Poco se sabe sobre cómo las adversidades sociales influyen en la biología de las personas implicadas en este tipo de prácticas”.

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