El titular de la ONU continúa su imparable campaña contra el COVID-19 en todos los ámbitos posibles. Si hace unos días denunciaba el aumento de la violencia doméstica contra las mujeres, las campañas de desinformación o solicitaba la unión de los líderes religiosos y una tregua universal de todos los conflictos, hoy pidió a los Gobiernos que tomen las medidas para proteger a los niños más vulnerables de los efectos de la pandemia.
 
La crisis causada por la pandemia del coronavirus y sus condiciones de confinamiento afecta a todos los niños, pero no todos lo sufren en iguales condiciones.
 
El Secretario General de la ONU recordó este jueves que la lucha contra el COVID-19 es mucho más complicada para los menores que viven en barrios marginales, en campamentos de refugiados, o los que están en zonas de conflicto. También para los niños con discapacidades o los que están recluidos en instituciones y centros de detención.
 
Durante el lanzamiento de un informe con orientaciones acerca del impacto del COVID-19 sobre los niños, António Guterres afirma que “los efectos nocivos de esta pandemia no se distribuirán de manera equitativa, sino que se prevé que serán más perjudiciales para los niños de los países más pobres y de los barrios más pobres, así como para los que ya están en situación de desventaja o vulnerabilidad”.
 
Según el estudio, esta situación de crisis afecta a los menores principalmente a través de tres vías: la infección causada por el propio virus, los inmediatos impactos socioeconómicos que causan las medidas para detener la transmisión del virus y los potenciales efectos a largo plazo en la demora de la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización.
 
Esta triple amenaza a la que apunta el informe de Guterres se prevé que afectará a los niños de varios modos:
  • Llevándolos a la pobreza: Entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis de este año, una cifra que se suma a los 386 millones que ya se encontraban en tal situación en 2019
  • Impidiendo su aprendizaje: Los cierres de escuelas a nivel nacional impuestos en 188 países afectan a más de 1500 millones de niños y jóvenes. Aunque las pérdidas de aprendizaje son difíciles de evaluar ya se sabe que dos tercios de los países han introducido una plataforma nacional de enseñanza a distancia, pero también se indica que entre los países de bajos ingresos la participación es sólo del 30%.
  • Amenazando su supervivencia y salud: Las dificultades económicas que sufren las familias como consecuencia de la recesión económica mundial podrían dar lugar a cientos de miles de muertes adicionales de niños en 2020, una situación que revertiría en un solo año los progresos alcanzados en la reducción de la mortalidad infantil recientemente.
  • Poniendo en riesgo su alimentación: Casi 369 millones de niños en 143 países, que normalmente dependen de las comidas escolares como fuente fiable de nutrición diaria, deben buscar ahora otras alternativas alimentarias.
  • Poniendo en riesgo su seguridad: Los cierres y las medidas de confinamiento implican un mayor peligro de que los niños presencien o sean víctimas de violencia y abusos. Se estima que alrededor del 60% de todos los menores del mundo viven en países donde se han tomado medidas de aislamiento. 
 
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