Así lo advirtió claramente la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, al declarar que la comunidad internacional avanzó mucho, desde los 12,5 millones de menores fallecidos en 1990 hasta los 5,2 millones del año pasado, para que ahora los progresos se vean frenados en seco por el coronavirus.
“Cuando se impide a los niños el acceso a los servicios de salud por sobrecarga del sistema, y cuando las mujeres tienen miedo de dar a luz en el hospital por temor a la infección, ellas también pueden convertirse en víctimas de COVID-19. Si no se realizan inversiones urgentes para reactivar los sistemas y servicios de salud interrumpidos, millones de niños menores de cinco años, especialmente recién nacidos, podrían morir".