Isabel Celaá lo ha definido este jueves como un “infierno cotidiano” para los que lo sufren. Pero la ministra de Educación y Formación Profesional seguramente se queda corta al calificar lo que supone el “bullying” para los chavales que lo padecen a diario. Porque más que cotidiano -palabra que le da un toque campechano a la cosa-, se trata de un daño constante y tormentoso que puede traer consecuencias trágicas. El teléfono del Gobierno dedicado al acoso escolar ha detectado en un año 5.557 posibles casos de menores que están siendo violentados física, verbal o psicológicamente. Esos son los conocidos; hay muchos más.
 
Según cifras de Unicef, en cada aula con alumnos de entre 12 y 16 años hay al menos dos chicos o chicas que son víctimas de ‘bullying’. Según un estudio realizado por esta agencia de Naciones Unidas, el 6,9% de los chavales de esa edad afirman haber sido víctimas de ciberacoso en los dos últimos meses, y el 3,3% admite haber participado como ‘ciberagresor’. El último estudio sobre victimización, realizado por la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC), advierte de que el 9% de alumnos de la ESO sufren acoso a través de medios digitales, y un 3% son abusadores habituales. Según esta investigación, existe una clara relación entre las horas que pasan conectados y la posibilidad de que se conviertan en acosadores. “A partir de las cuatro horas de uso de las nuevas tecnologías, el riesgo de se cuadruplica”, sentencia el trabajo. 
 
Otro punto de vista
 
Ferran Barri, presidente de la asociación Stop Bullying (constituida en 2004) y miembro del sindicato de funcionarios CSIF, aprovechando que este jueves es el Día Internacional Contra el Acoso Escolar, ha citado a la prensa para dar una visión más amplia de este fenómeno, también desde el prisma de los educadores. Ha explicado que el 63% de los docentes que se han puesto en contacto con el sindicato (154) han reportado “problemas de violencia hacia el profesorado y problemas graves de disciplina”. De todos ellos, el 64% ejercen en la ESO y el 29% lo hacen en Infantil y Primaria. El 7% restante llega desde la universidad. Barri ha compartido el caso de una profesora de secundaria de 60 años que sufrió durante cuatro años destrozos en su casa en forma de cristales rotos en las ventanas. Tenía claro que se trataba de unos alumnos de la escuela, pero jamás pudo probarlo. O el de una joven profesora interina que sufría las burlas de los chavales y no se atrevía a denunciarlo a la dirección porque al no tener plaza fija, tenía miedo de que no la recomendaran para el año siguiente. “Eso es una doble vulnerabilidad, la del acoso por parte de los alumnos, y el temor a irse al paro si se queja”, ha sostenido. Barri ha reclamado que la formación a profesores para combatir el ‘bullying’ no sea optativa. “No disponen de las herramientas pedagógicas para combatirlo. La Administración está fallando ante algo que hace sufrir a cerca de un millón de chicos y chicas en toda España”, se ha quejado.
 
Encierro en el Departament d’Educació
 
Unas quince personas vinculadas a diferentes sindicatos se han encerrado este jueves al mediodía en la sede del Departament d’Educació para forzar la aplicación de sus demandas, después de que la reunión que han mantenido con la ‘consellería’ haya resultado “infructífera” para los sindicatos. CCOO, USTEC-StEs (IAC), I-CSC, ASPEC-SPS, CGT y UGT, que han convocado una huelga para el 16 de mayo en educación primaria y secundaria para recuperar las condiciones laborales anteriores a 2010, se habían reunido con representantes del Govern para dialogar respecto a las reclamaciones de la huelga. La principal reclamación del personal docente es una reducción horaria de una hora lectiva para el curso escolar 2019-2020, que supondría un coste de 154 millones de euros anuales, según ha explicado Educació en un comunicado. La coordinadora de educación pública no universitaria de la Federación de Educación de CCOO, Marta Tejedor, ha declarado a Efe que el argumento del Departament en cuanto a la falta de presupuesto “es una excusa” que están “cansados de escuchar”, ya que “llevamos seis años de crecimiento económico”. 
 
Fuente consultada: Observatorio de la Infancia en Andalucía [+] 
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