1 de cada 4 víctimas son niños o niñas. Millones de personas, en su mayoría mujeres, niñas y niños, son víctimas de las redes que trafican con seres humanos, en sus propios países y en el extranjero. Un negocio que mueve millones de euros y sobre el que Naciones Unidas quiere alertar especialmente hoy, 30 de julio, en el primer Día Mundial contra la Trata de Personas, con el objetivo de concienciar sobre la situación de las víctimas del tráfico humano y de promocionar y proteger sus derechos.

¿Qué es la trata de personas?

Naciones Unidas define la trata de personas como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.

La forma más conocida de la trata de personas es aquella con fines de explotación sexual. Muchas de las víctimas son obligadas a trabajos forzosos, servidumbre doméstica no remunerada, la mendicidad obligada o la extracción ilegal de órganos.

Prácticamente todos los países del mundo están afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), como garante de la Convención contra el Crimen Organizado Transnacional y los Protocolos al respecto, asiste a los Estados en la aplicación del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata.

El día Mundial contra la Trata fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución  A/RES/68/192  del 18 de diciembre de 2013.

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